«Diario de un discapacitado» 10 – Guille Egido en el metro.

7 años atrás Fundación Disgrup

El metro, un gran sistema de transporte urbano para los discapacitados (sobre todo para los usuarios de silla de ruedas), siempre y cuando este bien adaptado (de momento en todas las ciudades donde he utilizado este transporte, en ninguna está bien adaptado al 100 %).

Lo de no estar bien adaptado lo digo porque por ejemplo en muchas estaciones donde el metro para, rara vez coincide la altura de la rampa metálica de acceso para sillas de ruedas al convoy; cuando va lleno de gente en hora punta aunque tu pidas que la gente se aparte para poder entrar tu, bien, con la silla, y colocarte en tu sitio, no se apartan, tienes que entrar a saco…; cuando vas a realizar un trayecto por muy sencillo que parezca, tienes que comprobar que la estación de salida y la de llegada están adaptadas ( en algunas ciudades tienen muy poquitas paradas de metro adaptadas, y encontrar la manera de llegar a tu destino a veces es muy complicado ). A veces es fácil encontrar una estación adaptada para meterte en el metro, pero luego depende de donde estés a ver como sales cerca de tu destino, no vale que te digan, dentro de tres estaciones hay un ascensor. Pero es que no entienden que tu vas a un sitio cerca de esa estación, si te tienes que ir tres estaciones más adelante, el metro pierde su sentido; También es frecuente que llegues a tu estación de destino y el ascensor no funcione , entonces te tienes que ir a la próxima estación adaptada o a la próxima estación con ascensor, subir en el ascensor coger el ascensor del otro sentido, coger el metro en la otra dirección, volver a la parada que era tu destino y coger el ascensor del otro lado y salir a la calle, vaya!, otro inconveniente más por ser usuario de silla de ruedas; y para acabar mencionar también cuando llegas a una estación y la maquinita baja de expedir billetes está estropeada y sólo funcionan las máquinas grandes, que en la silla de ruedas, no llegas!!!.

Sobre este tema de las máquinas quiero decir que un sábado por la tarde hace aproximadamente un mes, no funcionaba la máquina baja de billetes y como no pasaba nadie que me pudiera ayudar, llame al sos del metro y me dijeron que me enviaban una persona para que me ayudara, lo único que tengo que decir es que cuando llego esta persona, después de haber transcurrido un ratito, yo estaba muy encendido y ésta persona me ayudo para solucionar el problema y fue muy amable conmigo.

Y ahora la anécdota: Hace un tiempo, voy a la estación de metro de plaza Cataluña (Línea 1 dirección Hospital de Bellvitge) en Barcelona (una de las más importantes de la ciudad), y habían retirado la rampa metálica de acceso al primer vagón y llamo al sos y se lo comento a la persona que respondió, la sorpresa fue la respuesta “ pues la rampa la están arreglando, y si no puede subir, no viaje “ y me cuelga. Ante la indignación vuelvo a llamar y le digo a ésta persona si podía venir el jefe de estación, y me vuelve a dar una contestación para flipar “ si hombre, para una tontería así, va a ir el jefe de estación “, ante la solución de no viajar y la negación de que viniera el jefe de estación, lo único que me quedo fue llamar a la guardia urbana, que vinieron después de una hora y cuando llegaron, salía personal del metro ofreciéndome su ayuda de todas partes.

Moraleja: Desgraciadamente, nadie te hace ni puñetero caso, hasta que llegan los agentes de la autoridad, y después todo el personal del metro diciéndome por qué, no les había pedido ayuda antes de tener que perder casi dos horas y tener que llamar a la guardia urbana.