A fines del año 2009, Guillermo Ejido acababa de salir del hospital con 33 años, luego de encontrarse con un cambio significativo en su vida. Supo que si el destino había decidido un cambio trascendental en su vida, de alguna manera o de otra, el también haría algo para colaborar con aquellas personas que se encontraban en una situación similar a la suya. Tres meses despues, el primero de Enero de 2010, nace la Fundación Disgrup.
El nombre no fue aleatorio, sino que resulta trascendental para el trabajo que Guillermo fijaría como sustento de un proyecto social, que permitiese mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad. En Cataluña, donde Disgrup tiene su dirección física, «GRUP» significa grupo, y «DIS», claramente, alude a la condición de las personas que son objeto de las acciones que se realizarán a lo largo de los años.
«Cada uno sabe sus dificultades. Las personas con discapacidad ya bastante tienen con lo que tienen», señala su fundador al referirse al sentido que le impuso a este grupo de personas que trabajan desde hace casi diez años brindándoles ayudas directas a los socios en toda España, que van desde productos ortopédicos, hasta terapias a las que de otra manera no accederían y que mejoran sensiblemente su día a día.
La primera ayuda que dimos en la Fundación fue a una niña de 8 años, donde le pagamos un tratamiento de equinoterapia durante un año completo. Luego, entregamos ayudas mes a mes. En los últimos meses, nuestra socia Antonia recibió un audífono que necesitaba por la discapacidad auditiva que sufre desde hace años. Eugenio, por otra parte, pudo llevar adelante una terapia que le permitió mejorar su lenguaje oral, y Josef recibió el equipamiento necesario para vivir dignamente, luego de haberlo perdido todo.
Sin embargo, el objetivo de la Fundación no sólo es el de la asistencia, sino que también se realizan trabajos de concientización sobre temáticas vinculadas, y de elaboración de propuestas y de proyectos para su tratamiento y discusión posterior por aquellos que tienen poder de decisión a nivel local.
«Podemos dar gracias de vivir en Barcelona. Viajar aquí es mucho mas fácil para una persona con discapacidad, que hacerlo en otras partes de España. En Madrid, por ejemplo, se están haciendo muchos esfuerzos por mejorar las rampas, pero aún hay mucho trabajo por hacer. Por ejemplo, en el caso del Metro, las viejas estaciones no tienen ascensores pero las nuevas ya han sido concebidas para que los discapacitados pudiesen acceder», afirma Guillermo.
Los socios acceden a múltiples servicios, a partir de convenios que se van realizando día a día. Entre otros, inserción laboral, financiamiento bancario, mensajería con descuentos, viajes mas económicos, adaptaciones para vehículos, sistemas de alarmas y, la novedad de este año, el innovador proyecto de crowdfounding que ha sido bautizado como «Disdeseo». Las cuotas para ser socio de la fundación se cobran una sola vez en la vida, y forman parte de los ingresos con los que se cuentan para ir otorgando nuevas ayudas. No obstante, cualquier particular o empresa puede hacer su donación y colaborar para que cada uno de estos proyectos se haga realidad.
Por último, y para incrementar la cantidad de ayudas que Disgrup otorga mes a mes, desde hace años se comenzó el proyecto del Boli Solidario. Con este elemento que todo el mundo necesita utilizar, proponemos semana a semana estar presentes en diferentes puntos de la península Ibérica, haciendo que las personas en la vía pública puedan adquirir un bolígrafo con el que están ayudando en forma rápida y directa. Asimismo, quienes están en nuestros stands, son los mismos socios de la Fundación que tienen una razón cada día para vestirse, salir de sus casas, y encontrar un lugar de vinculación y contención social.
Para sintetizar, Disgrup intenta ser un colectivo, un grupo de personas que por diversas circunstancias, intentan concienciar, ayudar y mejorar en diversos aspectos que tienen que ver con la discapacidad.